Una de las bandas españolas de
rock ‘n’ roll más grandes de todos los tiempos dijo “todo lo que digáis que
somos, lo somos y aún peor’. Biznaga comulgaría con ese lema si no fuera
porque le importa poco el rock ‘n’ roll. Ellos han querido que dediquemos unas
palabras a su ‘Sentido del espectáculo’, así que ahora deberías empezar a leer
un montón de metáforas excesivas, una retahíla de adjetivos rimbombantes e
inmerecidos para describir las canciones que lo componen. Lo siento, pero eso
no va a pasar. No diremos que es un disco hecho a base de coj… e ingenio, un
artefacto arrogante y tierno, repleto de melodías urgentes, himnos de pelea
cotidiana y la misma verborrea nerviosa de algunas bandas británicas de los
últimos 70 (The Clash, Buzzcocks, Mekons, Zounds, Stiff
Little Fingers, TV Personalities..) o que saben dilapidar con gusto
y descaro la herencia de algunos héroes locales (Parálisis Permanente, Eskorbuto,
Ilegales). O que incluso, cuando les entra la fatiga folclórica y se
ponen flamencos, son capaces de salir airosos.
atención a los textos de estas canciones llenas de calles y noches porque, como
en todas las que han escrito hasta la fecha, le cantan a la clásica
problemática del miedo, el asco, el aburrimiento y la incomunicación
contemporánea como nadie lo está haciendo ahora mismo. No diremos nada de eso,
claro que no, porque ellos nunca lo querrían, pero sobre todo, porque todo lo
que digamos que son, lo son y aún peor.