Hace 15 años, se supone que el 5 de abril de 1994, Kurt Cobain se pegó un tiro porque no aguantaba el olor de las axilas de su mujer, Courtney Love (que, aprovechando el tirón, publica disco en estas fechas). Desde entonces el grunge se quedó huérfano, pero no ha habido un gran número de suicidios en la escena musical (lo de Elliott Smith no parece del todo claro). Por todo ello, queremos hacer una nueva encuesta para determinar quién es el músico con más papeletas para acabar con su vida.
Los candidatos son:
Thom Yorke (Radiohead) – Parece más calmado que hace quince años, pero aún carga con la cruz de ser el más votado en una encuesta similar que NME hizo hace años.
Pete Doherty (Babyshambles) – Un ejemplo de virtud y buenos hábitos de vida para la muchachada
Bono (U2) – Lo suyo, más que un suicidio, sería un sumo sacrificio para llamar la atención sobre algún conflicto mundial. Algo así como quemarse a lo bonzo como un monje budista, eso sí, rodeado de cámaras y de extintores, por si se arrepiente en el último momento.
Georgie Dann – Desde el anuncio del Galloper no ha conseguido ningún éxito veraniego.
Melody – Sin gorilas, ni Eurovisión. Su vida ya no tiene sentido.
Morrissey – Antes la muerte que reunir a los Smiths.
Paul McCartney – Cada vez soporta menos tener esa cara de viejuna
Amy Winehouse – Back to crack
Régine Chassagne – Ella sería la primera en caer en un grupo cuyos componentes no han sabido rehacerse psicológicamente de haber recibido en el instituto tobas como panes.
Sonsoles Espinosa– Después de triunfar en París y en buena parte del mundo, no tiene nuevas metas que alcanzar, lo que genera en ella una enorme frustración.
Carlos Goñi – Más vale tarde que nunca. El valenciano está acomplejado al ver como el espejo en el que aún se mira se conserva mucho mejor que él, a pesar de los doce años de diferencia.
J (Los Planetas) – El músico granadino mostró sus hastío vital en las siguientes declaraciones: “einsmesarlllapasjhereasjeereinpschecohone” (o algo similar).