Amighos. En el mundo no todo es blanco o negro; hay una infinita escala de grises que nos obliga a pensar que nada es absoluto. Creerán ustedes que hay profesiones totalmente deleznables, pero incluso dentro de ellas hay personas de buen corazón y que hacen algo por esta sociedad, como es el caso de los taxistas. Todos tenemos la imagen del taxista cabrón que da vueltas a los guiris por las circunvalaciones, el que tiene trucado el taxímetro y el que se niega a llevarte de noche por tu mal aspecto. Este tipo de taxista es más conocido como «The Pesetor». Pero, aunque no se lo crean, en el mundo también hay taxistas buenos, que luchan por salvaguardar el orden y la ley en la ciudad. Es el caso de un taxista madrileño, especialista en parar como sea a delincuentes y maleantes.

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