«Fue aquella gitana que nos leyó el porvenir
Dijo ‘uno es el asesino y el otro es el que va a morir’
Y salimos de allí y me miraste asustada
Y el miedo sonó en tu voz ‘
Antes de que tú me mates prefiero matarme yo’
Y emprendiste así tu huida y yo corrí a mi habitación
Y mezclé en una cuchara el polvo blanco y el marrón
Y con la sangre aún resbalando te llamé desde ese hotel
‘Por favor, entiende que algo no funciona en mí muy bien’
Y al otro lado te oí llorar y yo seguí y no colgué
Y me suplicaste ‘déjame de una vez
Déjame de una vez’.»
(Nacho Vegas – «Morir o matar» – El Manifiesto Desastre)