«Abrí la nevera y la cerré casi automáticamente. Puse a la iguana girando en el tocadiscos y sonaba aún más idiota que nunca. Encendí el televisor y sin apenas buscarlo me encontré con Stroszek. Ella seguía sin llamar y todo resultaba demasiado evocador. Salí de casa por la puerta trasera y entré en el invernadero. Me vinieron a la cabeza mis días en Roma. Apenas podía recordar nada, tan sólo algunos versos de “Hey Hey My My (into the back)” y en qué lugar escondía la escopeta. Ella seguía sin aparecer y de nuevo todo resultaba demasiado evocador.
PD 1: Recuerda las normas
PD2: El plazo para enviar las aportaciones a este primer texto concluye a las 20:00 horas del lunes 14 de agosto.
Las gardenias a mi alrededor permanecían sin florecer y Laika se había devorado en un berrinche mis plantas de María. La quimioterapia volvería a abrasarme sin compasión. Laika se mea en micama, siente celos de mi Iguana. No sabe que yo odio al reptil, como odio absolutamente todo lo que ella me regaló. Su ausencia debería ser un regalo, pero las paredes encogen y la cerveza germina sueños rotos en mi cerebro. Preferiría alguilarte como una puta película de video, pagarte por tus insulsas mamadas de O.N.G. Pero odio cuando no estás. Aún estando así, más cerca de ti que nunca.»
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