De buen rollo: Si es usted importante, un erudito, una persona culta e incluso de culto, que sabe más que nadie y que le gusta hablar de la vida privada de personas públicas como si tuviera información de primera mano, aunque no sea cierto, no pasa nada. Es humano y comprensible. Eso sí, tenga cuidado. Alguien podría tener muchas ganas de conocerle y no precisamente para darle las buenas tardes. Por su bien: mantenga la distancia adecuada.